Ciudad de los Ángeles. Un lugar donde el frio era más escalofriante. Donde la gente circulaba con mayor rapidez y sin lugar a dudas, muy acogedor.
Las semanas pasaban tranquilamente. Ya había conocido por fin donde trabajo actualmente. La gente no paraba de saludarme y eso me hizo sentirme completamente bienvenida.
No podía quejarme de la vida que me habían dado. Era como si yo volviese a vivir una nueva vida. Como si todo lo pasado quedara encerrado en una caja. Pero solo había algo que me dejaría huella por el resto de mi vida.
Ese era mi pequeño bebe, quien llevaba 3 meses de vida.
A pesar de los malos recuerdos, eso no me inquietaba la idea de poder ser madre por primera vez. No paraba de acariciar mi vientre y abstenerme a sentirme feliz. Me provocaba una felicidad tremenda.
Pero por supuesto había otras inquietudes que aun no se aclaraban en el pasado y no me dejaban tranquila.
No paraba de recibir llamadas de mis amigas desde Alemania. No las culpaba, las extrañaba demasiado, pero jamás me dejarían tranquila para poder olvidar.
El simple hecho de pensar en Alemania me hacía recordar aquel nombre. Bill Kaulitz. Me provocaba nauseas de solo pensar en cuanto lo extrañaba.
Mi amiga Lizzi en estos momentos más me necesitaba. Me sentía tan culpable por no estar con ella cuando más lo necesitaba. Ella siempre lo estuvo conmigo y ahora todo me parecía tan injusto.
Ella había terminado con Gustav. Quiso aprovechar ahora que Tom se encontraba soltero y quiere buscarlo. Se siente tan segura de que de nuevo volverá a sus brazos, pero yo no estoy tan convencida. Me siento terriblemente mal, también al pensar un poco en Gustav. Él no tenía culpa de nada y parece estar sufriendo por una persona.
-Lizzi no lo hagas –le advertí preocupada- ¿Cómo sabes que de veras se siente de esa manera Tom? –recordaba las palabras exactas que le dije a Lizzi cuando habló por teléfono.
-Está solo –respondió segura de sí misma- he escuchado rumores de que Tom se siente vacio. Quizás yo pueda llenar ese vacío.
-Lizzi –la llamé creyendo que no me escuchaba. Realmente me preocupé- olvídalo, ya te pasó una vez, no lo vuelvas a permitir. También quiero que pienses en Gustav, el sacrificio que ha hecho por estar contigo y tu de pronto terminas por querer volver con Tom.
-Neily yo amo a Tom –declaró honestamente sonando un poco angustiada a la vez- no he podido olvidarlo.
-¿Qué fue entonces lo de Gustav, un pasatiempo más en tu vida? –pregunté molesta al no pensar Lizzi en los sentimientos de él.
-Al principio creí quererlo, pero he cometido un grave error.
Cerré los ojos antes de poder recordar lo que respondí aquella tarde. Froté mi frente del dolor de cabeza que me había provocado el problema con Lizzi. Temía que se metiera en un lio y no poder estar ahí para ayudarla. Me preocupé.
-¡Aquí estas! –exclamó Lydia quien apenas llegaba al departamento- estaba buscándote ¿No te gustaría ir al cine con algunas amigas mías?
-No tengo ganas –rechacé su invitación de forma cansada mientras tallaba mis ojos- me siento muy cansada y con un dolor de cabeza tremendo.
-¿No has sabido nada acerca de tu amiga lezza? –Preguntó fingiendo estar interesada-.
-No –respondí con sinceridad. Yo más que nada deseaba saber acerca de ella- y es Lizzi –corregí en tono divertido.
-Lo siento –se disculpó poniendo los ojos en blanco. Vestía tan bien. Su cabello suelto hacia un lado. Unos jeans blancos, con una blusa gris con encajes color rosa, con manga corta y unos tacones plateados. Pude percibir de reojo como estaba cargada de bolsas de tiendas departamentales-.
-Descuida –suspiré- pero me tiene muy preocupada.
-Me lo imagino –suspiró ella también y tomó asiento en uno de los sillones dejándose caer- por lo menos hablaste con Bill –insinuó. Me sorprendió un poco el cómo me conocía tan bien, pues sabía que jamás hablaría con Bill.
Me quede quieta y me avergoncé. Trataba de evitar la mirada de mi amiga a todo lo que daba. Su mirada era demasiado fuerte e imposible no caer en su trampa.
-Neily –llegó a mí y se abalanzó dejándome acorralada- no lo llamaste ¿Por qué?
-Bebe, bebe –articule señalando con mis ojos la parte baja de mi abdomen- me lastimas –mentí-.
-Cero excusas y dime la verdad –me obligó cuando se había quitado de mí cuerpo. Sus tacones no dejaban de sonar esperando mi respuesta.
-Está bien –admití al no soportar el ruido de sus tacones- lo llamé pero no se encontraba, su madre fue quien contestó.
-Te dije que hablaras a su celular.
-Esto no tiene caso – dije sin ánimos- no entiendo para que llamo.
-Para que el propio padre se encargue de su bebe. Neily, sabes que no puedes mantener esto en secreto, y menos tratándose de algo –hizo una breve pausa sin dejar de mover sus manos y lo resumió- como esto –señaló a final de cuentas.
-Pero él me dejó –me excuse mientras trataba de convencerla. Hice un puchero, del cual me arrepentí al imaginar lo tonta que me veía.
-Puedo jurar con mi vida que él no tenía ni la más mínima idea de que estabas embarazada. Tu en estos momentos le estas mintiendo a las personas que más amas, no quiero que pierdas algo tan valioso.
Por dentro sabía que el llamarle a su casa sería muy probable de que no estuviera en casa. Además me sentía tranquila al decirle a su madre que no dijera nada a nadie, aunque no estaba tan segura de que en realidad no dijera nada.
-Aunque tendremos tiempo para eso y te ayudaré a hablarle a Bill –sonrió con gusto y se dirigió a dejar sus bolsas en su habitación- iremos al cine así que arréglate –gritó desde su habitación.
Nada la haría cambiar de opinión. Era lógico que aquella chica no se pusiera en mi lugar. Ni siquiera se imagina los momentos que tuve en el pasado. Ni siquiera……
Mi celular había interrumpido mis pensamientos inesperadamente. Era Tom quien marcaba.
Tuve miedo y rodee el sillón sin dejar de mirar el celular.
¿Qué hago, que hago, que hago? Repetía constantemente en mi cabeza. Me empecé a morder las uñas y decidí dejar que el celular timbrara. Ya que si apretaba al botón rojo, sabría Tom que lo estuve evitando.
-¿Que es ese sonido¡ –preguntó mi amiga quien intentaba agarrarse el cabello con un liga. Sus manos estaban sujetas a su cabello y la liga en su boca- Neily es tu celular, contesta –apenas pude entenderla por la liga que se mantenía en su boca.
La miré con timidez. No reaccioné y volví a mirar el celular como si este fuera un monstro tenebroso. Lydia llegó con poca paciencia y se acercó. Soltó su cabello tomando con una mano la liga que sostenía en su boca y con la otra tomó el teléfono. Al principio creí que había colgado, pero no fue así, el celular llegó directamente a mí oreja. Una sonrisa le esparció de oreja a oreja e imaginé lo peor. Con señas con su boca, como una persona muda, me obligaba a decir algo. Pero a penas duras pude asimilar las cosas. Me quedé quieta con los ojos de par en par. “Qué tal si ese no fuera Tom” Mi corazón se agitó y quede en completo shock.
-Vamos –murmuró Lydia con desesperación. Su brazo ya se le había cansado de sostener el teléfono que iba directo a mis labios.
-¿Hola? –escuché como la otra persona que estaba al otro lado de la línea gritaba por escuchar cualquier voz que le respondiera. Ni siquiera así pude distinguir su voz.
Sabía que si no salía nada de mis labios, automáticamente colgaría como cualquier persona y me libraría de todo aquello. Sentí como mi corazón volvía a latir al tener que despreocuparme por contestar. No me atrevía a decir palabra alguna, y aunque así lo deseara, mi boca la tenía seca y no sabía que decirle en ese momento.
-Hallo –contestó Lydia sorpresivamente, algo que no me esperaba. La tranquilidad que había adquirido minutos antes, ahora se estaban evaporando como el agua. Temblé llena de miedo. No podía escapar, estaba acorralada- por supuesto que no –contestó sarcásticamente- por supuesto –accedió sin poder escuchar que era lo que sucedía al otro lado de la línea. Me llené de curiosidad- está bien, espera unos minutos –le anunció Lydia a la otra persona del teléfono.
-Vamos contesta –suplicó tapando el parlante del teléfono para que no pudiera escuchar la persona que esperaba al teléfono- es Tom Kaulitz, necesita hablar contigo.
-Estás loca –me abrumé, todo era como una cadena no más de pensar en ellos. Nada estaba en secreto y Bill sabría que quise contactarlo, eso significaría que caería en sus redes como así lo deseaba él- Tom es su hermano –declaré como si aquello fuera un significado lógico.
-No te rogaré y lo sabes –dijo con voz autoritaria y su rostro se hizo duró. El poco tiempo que la conocía supe que hablaba en serio.
De forma resignada y con cuerpo tembloroso, tomé el teléfono. Había perdido una batalla con aquella chica. Suspiré de forma lenta y lo tomé el teléfono. Lo sentí pesado y pequeño. Todo estaba perdido, de alguna forma me obligarían a volver a Alemania.
Sabias que??? (*2) CAPITULO NUNCA ANTES VISTO
-
Bueno me gustaría poder redactar como hubiera sido el final de la historia
que apareció en mi cabeza desde un principio. Y antes de que puedan
preguntarse ...
1 comentarios:
:O
nena ma fascino el capi esta muy bueno
tengo cosquillas en el estomago de la intriga que le pones y aaaaaaaaaaaaa quiero saber mas de lo que hablaran neyli y tom aaaaaaaaaaaaa enserio siguela que me encanto soy fanatica n #1 muy buena tew felicitoooooooooooooooooooo
TKM
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