Alex no podía creer lo que había hecho. La conciencia la seguía y sentía todas las miradas en el lugar. Intentaba ignorarlas y salir de aquel lugar que ahora le aterraba. Sin querer, su mente repetía la escena que tuvo que pasar con Tom.
“Porque, porque tenía que echarle el vaso encima” se quejó mientras trotaba hacia la salida.
-Alex –gritaron su nombré y eso la detuvo poco a poco. Quería que las fuerzas que tenía le ayudaran a no sentir lástima por él. Porque sabía que se trataba de Tom quien justamente le hablaba.
Ella no dijo nada. Pero no podía si quiera mirarlo a la cara. Se cruzó de brazos esperando a que hablaran o que diera su motivo del porque la llamaría. ¿Por que querría hablar conmigo después de lo que pasó? Se preguntó.
-Ni siquiera nos presentamos y ya te alejas de mí.
-Basta –le pidió y se giró hacia Tom quien estaba empapado de la parte de arriba de su chamarra. ¿Por qué insistía tanto en bromear?- No sé lo que pretendes, pero yo realmente me tengo que ir.
-Supongo que tú sabes quién soy yo, pero ¿Por qué no me dices tu nombre?
No entendía por qué tanta insistencia. Puso los ojos en blanco y dijo su nombre gritándole a pesar de que la música no estaba tan fuerte.
-Alex –dijo Tom- porque me tratas de esa manera –enarcó las cejas Tom como si se tratara de algo divertido.
Le sorprendió que supiera su nombre y todo esto ya le estaba pareciendo una broma. Se enfureció.
Pero todo se volvió confuso cuando este comenzó a deslizarse lentamente hacia ella. Se aterró.
-Tengo prisa –se excusó al no poder moverse cuando Tom estaba a su lado.
-Mientes –le susurró Tom acercándose a su oído lentamente- por que mentir cuando nos podemos divertir.
Alex cerró los ojos en forma placentera. Aquella escena le estaba afectando un poco. Quería escapar de él pero no podía. Quería gritar pero su garganta se había cerrado. Quería correr, pero sus piernas estaban inmovilizadas.
Tom llegó hasta su cuello y comenzó a besarle.
Una furia interna y el poco pensamiento que se encontraba dentro de ella le hizo abrir sus ojos, su garganta y recuperar el movimiento de sus piernas.
Pero Tom todavía seguía besándole el cuello. Pensó en darle una cachetada, pero eso solo empeoraría las cosas. Una bebida ya había sido más que suficiente.
Lo detuvo de la manera más sencilla.
-No –dijo tragando saliva y poniendo una mano sobre su pecho. Al tocarlo sintió un enorme escalofrió. El tacto con su piel había sido algo nuevo para ella, como una tela nueva que sientes por primera vez. Intentó concentrarse- lo siento pero no.
No supo descifrar su rostro. Parecía estar sorprendido pero sabía que había escogido una buena alternativa para rechazarlo.
-Tengo que irme –dijo mirándolo a los ojos.
Sus ojos bajaron hasta encontrarse con su propia mano. Aun permanecía en el pecho de Tom. La acarició un poco donde pudo escuchar los latidos del corazón. “Es una lástima que chicos tan guapos, sean tan malos” pensó mirando su mano.
La quitó lentamente y le asustó lo difícil que le fue hacer eso. Suspiró dando media vuelta. “Debo irme” volvió a repetir con la esperanza de que se fuera de una vez por todas. Ya comenzaba a sentir remordimiento por él.
-Es por eso que quiero algo diferente –mintió- de veras necesito algo que me despierte.
Intentó descifrar algo en su mirada. Eso le volvió a recordar lo que él pensó de ella “solo sexo” y olvidó el remordimiento. Sintió una furia y supo enseguida que eso no era del típico Tom Kaulitz, obviamente estaba mintiendo.
-Aléjate de mí –le gritó cuando Tom quiso volver a retenerla- búscate a otra de tu tipo. Tú no soportarías ni estar tres días conmigo.
-Ponme aprueba –respondió sin pensarlo Tom. No supo de donde salió ese impulso de seguir adelante- me conozco y sé que puedo llegar a estar más de tres días aguantándote –bromeó intentando hacerla reír.
-Vete –le pidió al no hallar su sentido del humor- no quiero volver a verte –casi volvió a gritarle y se alejó rápidamente de él.
Varias veces sintió la necesidad de voltear hacia atrás y ver qué era lo que hacía él mientras ella se marchaba. Su pensamiento tenía como una especie de barrera donde estaban prohibidos los chicos. Se atemorizó al caer por poco hacia Tom. Habría sido un desastre, pensó ella.
-Alex espera –le gritó a sus espaldas su hermana. La pudo reconocer muy bien- con un demonio me puedes decir que es lo que ocurre –intentó saber con un tono de voz brusco- todos me preguntan qué es lo que te ha ocurrido o porque esa escena con Tom. ¿Te hizo algo?
Le sorprendió aquella última pregunta. Se mostraba interesada si Tom había sido el causante de su actitud. De ser así ella se mostraría libre de culpa y se libraría de su hermana. Pero no lo hizo. No mintió.
-No –respondió mientras sus ojos se fruncían ante ella- solo hubo un mal entendido.
-No quiero enterarme de que él te haya hecho algo porque yo personalmente…
-Sabes que –la interrumpió cuando la paciencia ya se la había agotado- me siento cansada y a diferencia de ti yo tengo algo que hacer mañana temprano. Sigue divirtiéndote en la fiesta que has hecho para mí. Sé que te has esmerado en este día pero esto no es lo que yo quería y sabes que yo jamás te obligaría hacer algo que a ti no te gusta –hubo un largo silencio sin que su hermana supiera que responderle- buenas noches –se despidió Alex al no haber respuesta. Sin más ni nada caminó de regreso a casa.
-Alex –llamó a su hermana en forma de suplica.
-Diviértete en la fiesta –respondió Alex sin darse la vuelta. Solo le hizo una expresión con su mano que daba a entender que se fuera.
Eso sin duda la hizo enfurecer. Quiso pensar que en realidad la culpa de todo había sido de Tom Kaulitz. Verla con él hablando en la barra no fue nada agradable.
Sentía repugnancia hacia él, un idiota que solo piensa en sexo y que trata a las mujeres como si fuese un objeto. Intentó buscar con los ojos al único culpable de que la actitud de su hermana se volvieran tan notorio. Él tiene que ser el único culpable, pensó ella.
Comenzó a dar zancadas hacia donde estaba este. Lo aventó con ambas manos hasta estamparlo a la pared. Era indudable que Tom no se lo esperaba. Había reaccionado molesto pero aun así no le importo.
-¿Qué diablos le hiciste a mi hermana? –se quejó mirándolo lleno de rabia- está molesta y todo esto ha sido por tu culpa.
-Estás loca –objetó sin mucha importancia Tom. Se estaba tocando en la parte de la nuca donde había chocado contra el muro- deberías de recurrir primero a la historia de que es lo que pasó realmente
-Se que tú fuiste el único culpable de que ella se fuera de esa manera –le gritó y casi pareció darle otra paliza pero el miedo la hizo detenerse. Miedo a que este respondiera de igual forma- ella estaba tan cómoda hasta que te vio llegar.
Tom pareció reírse sin encontrarle ninguna gracia. Estaba riendo a carcajadas y se preguntó qué era lo que pasaba por su mente. Sus manos se transformaron en dos puños a sus costados, tenía todas las intenciones de golpear a Tom si este no se callaba.
-Basta Sarah–intervino Mina- Tom no tuvo la culpa de nada. Sabes que tu hermana nunca quiso venir a este lugar y lo sabes perfectamente –le advirtió mientras se interponía en medio de los dos.
Había sido demasiado tarde. Los medios de comunicación aparecieron instantáneamente. Los guaruras que siempre acompañaban a Tom, se dejaron ir a Tom y lo llevaron inmediatamente adentro. Sarah tuvo que correr antes que pudiera ocasionar otro incidente. Mina tropezó al intentar correr y se quedó inmóvil ante la ola de medios. No supo reaccionar.
De reojo Tom alcanzo a distinguirla bajo el suelo a Mina. Parecía atemorizada y quiso ir tras ella, pero la fuerza de los guaruras era mucho mayor. Ni el más mínimo intento llegaría a alcanzarla. Y ninguno de ellos bastaría en ayudarla. Todo era demasiado tarde.
Sabias que??? (*2) CAPITULO NUNCA ANTES VISTO
-
Bueno me gustaría poder redactar como hubiera sido el final de la historia
que apareció en mi cabeza desde un principio. Y antes de que puedan
preguntarse ...
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