Mientras Alex se despedía amablemente de Tom, quien se marchaba con su camioneta, se sintió sola y recorrió otro gran vacío, lo cual no era nada nuevo para ella.
Ni siquiera se detuvo a pensar en los momentos hermosos que había pasado el día de hoy. No podía aceptar el hecho de que Tom era otra persona. Sin embargo tampoco podía descartar la idea de que planeaba algo y no quería decirle la verdad. No era lo suficiente hombre para aceptar que quería tener relaciones con ella, dedujo Alex.
“No dejaré que ese estúpido me toque” se juró así misma sin prestar atención a su hermana, quien parecía molesta.
No quiso prestarle su atención al percatarse de que ella tenía la intención de hablar. Alex pasó de largo frente a ella y se dirigió a su habitación, lo cual Sarah se molestó más.
-¿Qué demonios es lo que haces? –dijo cruzándose de brazos recargándose en la puerta de su habitación.
-Algo que deberías de estar haciendo tú también –respondió Alex con ironía con los ojos en blanco.
-Me refiero a ti con Tom –trató de explicarse. No quería llegar al punto que trataba de hacer el bien o el mal, pues era un tema que siempre provocaba un pleito y Alex siempre ganaba- te vi llegando con él. Tú sabes que él no es una persona para ti y por supuesto no es de tus gustos.
-¿De repente sabes lo que me gusta? –Fingió estar sorprendida- eso no se te ocurrió el día de mi cumpleaños, ahí no supiste que darme –le recalcó con una sonrisa forzada-.
-Eso lo hago por tu bien –trató de excusarse- él solo te traerá problemas y lo sabes bien. ¿Dime mejor que es lo que te traes con él?
-En primera, tu mejor que nadie deberías de no meterte en mi vida, como yo hago contigo y en segunda, no tengo nada con Tom, simplemente me está acompañando.
-Alex por dios –se desesperó y comenzó a dar vueltas en la habitación sin dejar de mover las manos- no seas tonta, él está tratando de hacer algo contigo.
-Entonces tomaré las medidas necesarias –respondió serena- yo sé cuidarme sola, lo he hecho durante toda mi vida.
-Tú sabes mejor que nadie que esto lo hago para cuidarte.
Alex la miró sin tener un solo remordimiento por su hermana. Aquello último que dijo su hermana, le pareció una excusa para no sentirse culpable por saber que Sarah estaba mal. Jamás concordaban.
Admitía por dentro que alguna vez lo fueron, similares en gustos, uña y mugre, eso era lo que mejor podía describir su relación. Pero hacía muchos años atrás, lo cual era un capítulo cerrado en su vida. No le gustaba volver a ese pasado donde Alex había sufrido tanto en su vida. Pero al ver a su hermana, siempre le recordaba ese terrible pasado.
Sintió la necesidad de estar a solas dentro de su habitación. No tuvo más opción. Empujó a su hermana sacándola de su cuarto y le cerró la puerta en sus narices.
Miró su cama y se echó sobre su almohada. Ahogo un grito enterrándose en la almohada. La desgarraba con fuerza y casi deseó desaparecer de la tierra.
Recuerdos rápidos e instantáneos le llegaban a la mente de Alex. Cerraba los ojos con fuerza intentándolos desaparecer, pero era imposible evitarlo. Lloraba con fuerza al sentir que el momento del pasado, casi podía volver a sentir lo mismo y temía por volver a hacer algo estúpido.
Movió su cabeza de un lado a otro tratando de olvidar y pensar en otra cosa. Pero el recuerdo llegó con fuerza y la obligó a volver a recordar todo.
“Ahí estaba, parada frente al espejo. Mirándome de un lado a otro. Tenía puesta mi chaqueta favorita, rosa con un estampado de mariposa justo en medio. Mi cabello estaba perfectamente ondulado. Mi maquillaje era tan bello, que estaba absolutamente segura de que seguía siendo perfecta sin el maquillaje. Todo parecía hermoso, todo mi cuerpo era envidiable, excepto por mis ojos. Están llenos de rímel, corriendo por mis mejillas. No paran de derramar lágrimas. Estaba cansada de que sucediera lo mismo.
Suspiré tranquilamente mientras apretaba con fuerza el pomo de pastillas donde contenían las pastillas que mi mamá tomaba antes de que cada vuelo. Cada vez que me veía no paraba de decirme lo peligrosas que eran para mí. “Más de una puede hacer daño” me repetía constantemente con una simple sonrisa. Fue lo único bueno que me enseñó. Gracias madre, agradecía en mis pensamientos mientras una sonrisa se figuraba en mi rostro.
Eres un idiota –grité al espejo furiosa- un idiota, un completo idiota.
Golpee el vidrió con fuerza rompiéndose en mil pedazos, pero por una vez en la vida nada me importaba. Era como si estuviese en un cuarto oscuro, donde no parece haber salida. Haces lo que sea y no te importa nada con tal de salir de ese agujero.
-Los odio a todos –dije antes de abrir el pomo y vaciarme todas las pastillas hacia mi boca- los odio –solté una voz ahogada llena de odio y de repugnancia.
De cualquier forma, nadie me escuchaba, nadie.
No le importaba a nadie. Estaba completamente sola y la única persona a la que le importaba se había ido.
Volví a tomar esas pastillas al sentir el amargo engaño en mi boca. Sentí que las pastillas no hacían efecto e insistí en tomarlas de tres a cuatro pastillas mientras poco a poco pasaban por mi garganta arañándose.
Mi corazón aceleró y me asusté. Le siguieron mareos constantes y de pronto….nada."
Sabias que??? (*2) CAPITULO NUNCA ANTES VISTO
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Bueno me gustaría poder redactar como hubiera sido el final de la historia
que apareció en mi cabeza desde un principio. Y antes de que puedan
preguntarse ...
1 comentarios:
:O
esta super el capi pobre alex se siente sola lastima pro ella pero va a llegar super tom y la va ayudar
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