-No quiero que pienses que yo aceptaré el trabajo –le aclaró Lizzi con cierto enojo.
Su sonrisa se borró y una mirada seria se cruzó en su rostro.
-Entonces a que has venido ¿A burlarte de mí?
Lizzi negó con su cabeza y ahora ella era quien le iba creciendo una sonrisa de oreja a oreja.
-Cuando escuché tu propuesta por separar a Tom y a tú propia hermana me diste asco.
Sarah guardo silencio mientras estudiaba su rostro cuidadosamente. Pero en su mente no dejó de fingir que no estaba interesa. Pues desde que había recibido su llamada la esperanza que alguna vez albergó dentro de ella y creyó haberla perdido, ahora florecía lentamente y una luz enorme comenzó a iluminarse. Ya estaba ilusionada.
-Ya te lo dije, trato de protegerla.
Lizzi la miró detenidamente y luego bajó su mirada como si estuviese avergonzada.
-Ojala hubiera alguna persona que hubiera advertido de la misma forma.
-Ve al maldito grano –se desesperó y comenzó a mirarla de forma intranquila.
-No haré yo lo que tú me pides –dijo finalmente con una sonrisa.
Sarah sintió otro profundo enojo. No podía entender el hecho de su visita y estaba a punto de cerrarle la puerta pero antes de poder hacerlo, Lizzi hizo una seña con la mano para que se detuviera.
-Pero conozco a otra persona capaz de conquistar a Tom.
¡Bingo! Quería gritar de alegría Sarah al escuchar por lo menos una señal de esperanza. No pudo evitar una sonrisa así que lo hizo.
-Mi hermana ha sufrido demasiado y otro chico en su camino sería demasiado –Sarah sintió la necesidad de volver a decirle su propia excusa. Aunque de todos modos lo haría con o sin ayuda.- Llévame con ella.
Sarah no podía dejar de imaginar el rompimiento entre los dos y el que Alex le diera las gracias por haberla salvado. Por supuesto que entre Sarah y Lizzi no intercambiaron palabras en todo el largo camino. Además de que Lizzi se encontraba demasiada pérdida por lo que estaba haciendo. Tuvo que ponerse ebria para poder lograr hacer su trabajo. Estaba mal pensar en la venganza, pero ¿porqué no aprovechar el hecho de que otras personas hagan el trabajo sucio? De todos modos era algo que Lizzi no hacía todos los días y si algún día se llegara a enterar Tom, estaba segura de que en su vida le volvería a hablar.
Suspiró preocupada.
-Es aquí –dijo Lizzi con un hilo de voz con la mirada baja.
Sarah solo la miró para devolverle las gracias, pero al ver que Lizzi la mantuvo baja prefirió llegar a la casa.
En cuanto tocó a su puerta, el chirrido del carro fue lo último que escucho y ver a Lizzi irse de ahí. Le importo poco, sabiendo que estaría con la persona que la ayudaría. A menos que se tratara de una broma muy pesada por parte de Lizzi.
-¿Si, que desea? –una chica había abierto la puerta y para su mala suerte ni siquiera supo el nombre de la chica.
-Estoy buscando a una chica que puede ayudarme con….Tom Kaulitz.
Aquella chica era rubia de cuerpo delgado con unos bellísimos ojos de color.
La chica sonrió lentamente y la hizo pasar. La invitó a sentarse en uno de los sillones que se encontraban cercas a la entrada. Al principio creyó que se encontraba en un rancho demasiado asqueroso. Había un puerco en medio de la sala y varios niños demasiado obesos jugando junto con él. Sintió las ganas de vomitar.
-Perdona que no me haya presentado –dijo finalmente al acercarle un vaso de agua.
Sarah se sintió demasiado asquerosa y prefirió no tomarle al agua. Tragó saliva antes de poderse explicar pero ella habló primero.
-Mi nombre es Fanny y puedo decirte todo lo que ocupes saber de Tom.
Sarah sonrió poco al tener frente a ella su única alternativa para poder terminar una relación con su hermana.
*****
Mina se quedó perpleja al ver por la ventana como una chica y Sarah hablaban interesadamente. Estaba segura de que se trataba de la chica con la que antes estuvo con Tom y no tardó en darse cuenta que Sarah probablemente estaría pidiendo ayuda. Era lógico que estuviera buscando a las chicas más dañadas para que se uniera a su plan tan patético y estúpido. Bufó un tanto molesta y no tardó en buscar por celular a Tom.
“Contesta, contesta” pero en ningún momento contestó. Volvió a mirar por la ventana y solo pudo mirar a dos figuras demasiado sombrías.
Las miró por un buen rato esperando alguna señal. Incluso abrió un poco la ventana discretamente para poder escuchar, pero solo pudo oír leves murmullos.
¡Demonios! Se quejó y se resignó sin quitarles la mirada de encima. ¿Porqué mierda se entromete? Se quejó recostándose en la cama, quien ahora sentía tantas ganas de pensar. Aunque yo también me estoy entrometiendo, pensó finalmente. Se rió y antes de querer volver a mirar las dos siluetas, ya no estaban.
Mina buscó con sus ojos desesperadamente las siluetas de las chicas hasta que las vio subirse a su carro.
¿Qué hago? Se preguntó intentando pensar rápidamente “las dejo ir o no”
El tiempo era corto y aceptó a la segunda opción “no las dejaría ir”
-Mierda Tom me debes una –gritó resignada pegando un fuerte brinco hacia la salida. Tomó las llaves de su camioneta y se lanzó directamente a encenderlo.
“No me falles ahora” pero falló la camioneta y solo en segundos se atrevió a mirar como el carro con la que huían las chicas se alejaba con rapidez. Refunfuñó cruzándose de brazos por no poder escuchar y seguirla para poder saber que era lo que tramaba.
-Hice lo que pude –se dijo resignada. Tomó su mechón de cabello que siempre se le venía a su rostro cada vez que bajaba a su cabeza y lo arrojó para atrás hasta que …una idea se le ocurrió -a menos que me encuentre en su juego. Yo me encargaré de ayudarle “a separar a ellos” y le daré un poco de su propia medicina.
Una pequeña risita juguetona soltó en ese momento al pensar en un plan que solo a ella misma se le hubiera ocurrido.
Aunque de todos modos intentó localizar a Tom por si las dudas.
*****
-¿Y dime como es que este caballo ha llegado a tus manos? –Tom la miró regalándole una sonrisa para intentar cambiar el tema donde su pasado la estaba envolviendo. Ella lo miró extrañado. Tom se apresuró a explicar- digo, me parece irónico que te haya llegado esto hasta ti si tú estabas muy lejos.
-Mi nana lo compró el día de mi cumpleaños –Tom se quejó para sí mismo por tenerla que obligar a recordar su pasado.- cuando llegué con ella de nuevo, me dijo que este caballo era mío. Así que estuve montándolo y aprendiendo muchas cosas sobre mi precioso caballo.
Suspiró.
Tom no se había percatado que ya habían llevado caminando más de lo que pensaba. En sus ojos apareció de nuevo la casa de su nana a unos cuantos metros.
Habían decidido irse a pie tomados de la mano con la única intención de hacerla despabilarla. Atrás iba su caballo quien trotaba silenciosamente. Incluso pareció sorprenderle que pudiera conocer muy bien a Alex y saber cuando estaba contenta. Ellos indudablemente tenían una conexión. Tom también deseó tener una conexión con ella demasiado fuerte que no la hiciera separarse de ella.
-¿Estás lista para volver a casa? –preguntó Tom. Él hizo que se detuviera a medio camino e intercambiaron una larga mirada.
Alex lo miró confundida al no entender lo que decía. Pero luego de que supo que se trataba de su casa donde “estaban sus padres” no supo que responder.
-Nunca –respondió con amargura- pero es lo que tengo que hacer.
-No –negó Tom con ternura- estás haciendo lo que los demás quieren que hagas.
Ella se cayó y por un momento pensó que lloraría, pero no lo hizo. Bajó la cabeza en forma de humillación y lo empujo un poco para continuar su camino.
-Es mi hermana y no la puedo dejar sola….
-Está bien –la interrumpió con otra sonrisa- soy al que menos debes darle explicaciones. Además de que no hemos venido a pelear. Venimos a divertirnos.
Dicho eso la tomó en sus brazos y comenzó a besarla con desesperación. Ella respondió de la misma forma. Sus manos de ella se colocaron detrás de su nuca mientras que iban resbalando hasta su cabeza y en toda su espalda. El corazón de Tom aceleró instantáneamente y las manos de él se colocaron por todo su torso acariciándole lentamente.
El beso se detuvo por sí solo y solo pudieron dar un gran respiro al estar consientes hasta que punto fueron capaces de llegar.
- Se hace tarde –intentó cambiar de tema mientras trataba de calmar su respiración agitada. Pero eso no fue excusa para dejar de mirar sus bellos ojos. Después de eso ambos miraron como el sol estaba completamente oculto y daba un lugar especial a la luna que se había colocado encima de ellos.
-No pensé que duraríamos charlando tanto tiempo –dijo ella- el tiempo pasó muy rápido.
-Lo sé –convino también Tom quien no paraba de dejar de mirar a Alex.
-No quería irme tan tarde –refunfuñó Alex- tendremos que dormir aquí –dijo resignada pero con un tono extraño. Tom la miró detenidamente- y solo hay un cuarto disponible.
Tom suspiró. De repente su corazón volvió a latir y se dio cuenta de que esta vez no la estaba besando.
-Tss. Ni modo, tendremos que dormir juntos. – continuó ella fingiendo estar resignada. Enseguida se giró hacia la casa y caminó apresuradamente sin detenerse.
Tom solo la miraba como se iba y entonces todo esto le pareció muy extraño.
Ella no era la Alex que había conocido, y era algo que ella detestaba hacer. ¿Y ahora de repente quiero….sexo? La palabra le infartó tanto como lo que la había pensado. Jamás de los jamás había creído que Alex cambiara de parecer tan drásticamente.
“Tal vez me ama y quiere que sea yo quien la toque por primera vez” supuso Tom no muy convencido. “No” negaba Tom rotundamente mientras intentaba hallarle lógica a lo que Alex había hecho.
A él le pareció un poco decepcionante saber que ella estaba a punto de arruinar lo que Tom había estado dejando. Dejar las relaciones sexuales.
“Solo lo haré si ella quiere hacerlo” concluyó finalmente Tom e intentó caminar tranquilamente hacia la casa.
-¿Qué gustas de cenar? –Tom se asustó un poco al mirarla demasiado nerviosa. Estaba temblando y sus ojos no paraban de evitar ver la parte donde se encontraba el miembro de Tom, y después cerraba los ojos de una forma abrumadora. Tom se rió.
-¿Qué te sucede? –preguntó tranquilo dirigiéndole una mirada risueña.
Ella se acercó lentamente y le dio una cucharada de una sopa que su nana había hecho.
-¿Tu qué crees? –Le susurró ella al oído- necesito cenar antes de subir a nuestro cuarto.
Definitivamente ella no era la Alex que él conoció, concluyó finalmente Tom. Pero con eso comprendió que ella misma quería sexo. Su mirada risueña cambió a una totalmente seria. Era extraño y una decepción por parte de Tom que ella estuviera pidiendo algo por el estilo. Jamás lo hubiera esperado de ella. Pero simplemente asintió lentamente y solo pudo susurrarle al oído “Te espero arriba”
Ella se congeló por completo. No movió ni un solo musculo. Sus ojos quedaron de par en par y solo pudo decir “si” sin que los dientes castañearan tan rápido.
Él volvió a reír silenciosamente y subió hasta acostarse a la cama. No le fue difícil encontrar la otra habitación, solo había dos y ya reconocía muy bien a la habitación de la abuela
No hizo nada más que esperarla y que solo el amor hiciera lo suyo.
Aunque si no la hubiera conocido y le hubiese pedido sexo, estuviera haciendo las cosas completamente diferente. Compraría un poco de vino blanco para que la noche se volviera algo loca, hubiera puesto la tina a llenar…….. Pero ese hubiera hecho el Tom de antes.
Ya había tardado demasiado, pero aun así no sintió prisa alguna y siguió recostada boca abajo abrazando una almohada con sus ojos cerrados. Cinco minutos más tarde, escuchó como la puerta de la habitación se abría lentamente. Supuso que todavía se encontraba con mucho miedo.
-Ya llegué –susurró muy despacio- ¿Estás cansado?
-No –negó Tom seriamente. No podía ver su rostro, pues se encontraba a sus espaldas.
-Entonces estoy lista.
Tom suspiró de mala forma y se atrevió a mirarla con resignación. Se levantó de un brinco y cerró la puerta atravesando su mano cerca de su rostro.
-¿Por qué haces esto? –Preguntó él- esto no es lo que tú quieres.
-¿Tú sí? –ella dudó sin dejar de mirar sus ojos.
-Siempre te voy a desear –su mano pasó hasta su barbilla para besarla- antes de conocerte hubiera contestado que sí, pero creo que estoy bastante bien sin tener sexo.
-¿Hablas en serio? –preguntó exaltada.
Él asintió con una sonrisa desganada. No podía creer que de veras él mismo había dicho esas palabras.
Ella lo miró a los ojos con mucha felicidad. Tom no comprendía lo que estaba sucediendo y le sorprendió aun más que se le abalanzara tan rápido hacia Tom y que sus piernas estuvieran cruzadas a su torso. Él la tomó en sus brazos muy confundido.
-Pensé que solo querías tener sexo conmigo –gritó con mucha emoción- Te amo, te amo, te amo – ella lo besó muchas veces en su mejilla para luego mirarlo a los ojos y tener sus labios contra los suyos. – No volveré a escuchar a mi hermana…. –comentó y antes de poder sentir de nuevo sus labios contra los de ella, él se quito, apartándola de un segundo para ponerla en el suelo.
-¿Qué te dijo tú hermana? –exigió saber seriamente.
-Ella no confía en ti –aclaró con mucho cuidado al ver la reacción de Tom.
-No tiene porque meterse….
-Estoy de acuerdo contigo –lo interrumpió- es solo que me convenció un poco de que quizás estuvieras conmigo solo por sexo.
-¿Ya lo comprobaste? –Preguntó furioso- si ya lo hiciste entonces no tengo nada que hacer aquí.
-No te vayas –le rogó- de ahora en adelante sé que puedo confiar en ti.
-¿Y cómo quieres que yo confíe en ti?
-Ya lo haces –contestó con un hilo de voz mientras se acercaba sigilosamente. Luego de eso puso la palma de su mano contra su mejilla que, automáticamente, los ojos de Tom se mantuvieron cerrados.
-Te amo –le susurró al oído.
-Yo también –sus labios se cruzaron de nuevo con ademán tentativo para que luego Tom se separara poco a poco para mirarla a los ojos. –pero tienes que prometerme que tú hermana no se entrometerá como lo hizo está ves.
-Te lo prometo.
0 comentarios:
Publicar un comentario