Bill se sintió demasiado incomodo como para que el aire saciara toda su presión y que su frente no se enfriara lo demasiado rápido antes de que ella notara el sudor de su frente. No supo que responder y se encogió de hombros mientras intentaba pensar en una respuesta que no sonara demasiado rechazadora.
Miró el cielo en busca de respuestas.
El lugar era demasiado bello como para echar a perder un día maravilloso con esa declaración que le parecía absurda.
Estaban situados en el lugar más protegido en toda Alemania, fuera paparazzi, fuera fans que no pertenecieran a la comunidad de casas “millonarias”. Era lo único bueno que veía Bill al estar en un lugar donde vivía. No tendría que preocuparse por formarse para entrar a antros a media noche, sabiendo que aquí los dejarían entrar V.I.P o parques como estos.
Pero ahora no se trataba de algo como eso, se trataba de la chica de la cual se había declarado en ese momento. Se sintió un poco culpable al haberla lastimado a ella tanto como a Neily. Pero la única verdad era que amaba a Neily y la seguiría amando.
Ahora que me encuentro soltero, no puedo estar con otra chica sin dejar de sentir que traiciono a Neily, y cuando la tuve no pude evitar estar con ambas chicas a la vez, pensó Bill casi escapándosele una pequeña sonrisa.
-¿Qué te da risa? –preguntó Aliz ansiosa.
-Tú siempre has sabido que he estado enamorado de Neily
-Pero ella ya no está –comentó algo enojada.
-Lo sé- admitió Bill con franqueza- pero siento que la estoy traicionando.
-Debes olvidarla –contestó mas furiosa mientras se cruzaba de brazos.
-No puedo –sonrió- con ella fue todo muy distinto, me enamoré de ella por las cosas que siempre le sucedían, cada vez que se enojaba, cada vez que me abrazaba, cada vez que me be…
-Ya entendí –interrumpió aun más furiosa. Por supuesto que Aliz no se esperaba este tipo de respuestas. Lo odio con todas sus fuerzas. Le costaba trabajo creer que no estaba en sus manos el amor que sintiese Bill, pero decidió arriesgarse por una jugada más tentadora.
Ella lo llamó y ambos se miraron justo como ella lo quería. Aprovechó el momento para besarlo y tomarlo fuertemente de su cuello. No fue como lo esperaba pero ese beso significó mucho para ella aunque para él no.
No había durada mucho, pero fue lo bastante bueno como para que Aliz lo saboreara lentamente.
-No vuelvas a hacer eso – Bill le pidió con gesto amable sin dejar de sentirse algo incomodo por la forma en la que lo había sorprendido.
Aliz no paraba de sonreír a sus espaldas. Sin duda había sido una jugada arriesgada, pero por dentro captó un poco la atención de su querido y fiel hombre “Bill Kaulitz”.
******
Tom podía sentir la furia correr por sus venas. Su camioneta ronroneaba con fuerza, que eran dulces campanadas para él. Apretaba con fuerza el volante intentado alejar la adrenalina que corría por sus venas.
“Intentaré quitarme estas ansias que tengo” se propuso Tom.
Mina, quien se iba maquillando todo el camino frente al pequeño espejo que se encontraba en medio de sus piernas no supo ni una pizca de lo que Tom estaba sintiendo.
Tom subió a todo volumen la música hip Hop con una de sus favoritas. Suspiró fuertemente antes de pensar en cómo obtendría a esa chica. Aquella persona tenía que tener por lo menos los gustos preferidos de Tom, alguien que lo saciara completamente para dejar a un lado su mente y su corazón.
-No se te hace que llegamos muy rápido –habló por fin Mina quien aun no terminaba de maquillarse- y también estas algo raro, jamás habías llegado tan temprano por mí.
-Tengo algo pendiente que hacer –respondió Tom a pocas palabras cerrando la puerta bruscamente. Mina lo siguió detrás casi corriendo.
Ella no pudo dejar de sorprenderse por un Tom diferente. Estaba serio y completamente enojado. Prefirió no decirle nada y seguir continuamente a su lado. Él pasó de largo frente a los de seguridad, sabiendo que otras veces él tenía la delicadeza de saludarlos. Mina se volvió apresurarse y se disculpó ante los de seguridad. Eso solo llegó a preocuparla aun más temiendo que Tom cometiera una estupidez. Esa misma actitud adoptó él cuando golpeó a la fan que no dejaba de molestarlo. Mina era la chica que acompañaba a Tom el día que ocurrió eso.
-Tom –gritó Mina agitando su mano. Pero el ruido ensordecedor de la música retumbar dentro del lugar hizo que la voz de Mina pareciese un grillo canturreando. La multitud de pronto comenzó a levantarse de sus asientos. La música fue lo bastante buena como para quedarse sentado a ver como bailaban las demás personas. Mina maldijo enojada y trató de pasar por toda esa multitud de gente.
Pero antes de poder imaginarse lo peor, Tom ya se encontraba bailando con una chica lo bastante bella para él. Mina suspiró algo aliviada. El rostro de Tom había cambiado drásticamente, no paraban de bailar demasiado pegados. Estaba confundida y algo aturdida pero quiso olvidar el acontecimiento. Resignándose a dejarlo solo.
*******
-¿Quieres irte de aquí? –le preguntó Tom susurrándole al oído. Fue una excusa también lo bastante perfecta para que las manos estuvieran entrelazadas sobre su abdomen. Eso lo excitó y más sabiendo la escena erótica que estaba a punto de comenzar.
Ella sonrió divertida mientras meneaba su cabellera hacia su hombro izquierdo y tomando las manos de Tom. “Si” le contestó ella tomándolo de la mano y alejándose poco a poco del lugar.
Estaba haciendo frio afuera, por lo que Tom la tomó de su hombro y se encaminaron juntos a la camioneta.
Estaban sordos por el volumen fuerte de la música donde estuvieron bailando y conociéndose durante veinte cortos minutos.
Tom no pudo evitar robarle un beso lo bastante tentador una vez que estaban dentro para que las cosas avanzaran más lejos, pues él mismo ya conocía la rutina de todos los días.
Su brazo se extendió poco a poco –sin dejar de besarla- hasta detrás de su espalda. La acarició varias veces dejándola con más ganas.
Tom sonrió satisfecho al ver cómo reaccionaba esa chica. Está podía ser lo suficiente para complacer su noche, la noche a la cual llevaría el nombre “venciendo el amor”
La llevó a su hotel preferido donde nadie podía intervenir. Al mismo donde había llevado a tantas chicas y el lugar más cómodo para tener lo que a él más le gustaba.
Llegó a su habitación siendo ella quien lo tomó por su cuello y lo besó. Tom se quitó su playera sintiéndose desesperado, separándose un poco del beso largo y apasionado. La cargó con sus enormes brazos hacia la cama. La admiró aun más y le quitó la blusa con la misma rapidez con la que se había quitado el pantalón. Los arrojó hacia el piso no pensando en nada. Sus besos eran extremadamente calientes y frescos a la vez. Acarició sus pechos sin dejar de besarla para luego bajar hasta su entrepierna. Ella lo jaló para que se adentrara a la cama también y lo logró. Se revolcaron juntos en una guerra de cobijas y suspiros. Les costaba un poco de trabajo tener que quitarse la ropa pero nada los detenía a ser una escena sexual.
-Te gusta el sexo oral –dijo divertida la chica olvidando su nombre por completo. Tom sonrió disfrutando de todo esto. Lo extrañaba.
Ella bajó lentamente por sus piernas para quitar sus lindos calzoncillos y arrojarlos como si fuese muñecas de trapo. Una vez fuera Tom sintió la necesidad de tomarla fuertemente y solo cogerla. Estaba tan caliente que solo deseaba hacer eso.
Sus manos acariciaron lentamente las piernas de Tom y su miembro lentamente. Tom se le escapó un suspiro pero siguió esperando una respuesta de ella un poco diferente. No pudo ver el rostro de la chica, estaba demasiado ocupada acariciando sus piernas y eso lo inquietó aun más. Estaba esperando ese “Sexo Oral” que tanto deseaba. Antes de que ella continuara, miró sorprendentemente a Tom quien este solo vio el rostro de Alex.
-No –gritó Tom cerrando con fuerzas.
-Que pasa –dijo desconcertada la chica al ver a Tom.
-Tú sigue –articuló Tom con una gran dificultad. No quería abrir los ojos por el temor de volver a ver el rostro de Alex.
Los abrió lentamente y ahí estaba de nuevo Alex, era como si ella estuviese a punto de hacerle el sexo oral. Se asqueó.
-No puedo –gritó Tom con fuerzas. Se levantó aventando a la chica hacia un lado dejándola en el suelo.
Al encender la luz no pudo ver más que el rostro de la misma chica con la que estaba bailando hace veinte minutos.
Tom no podía explicar lo que había vivido. Lo que estaba a punto de hacer había sido arruinado por culpa de Alex. o así lo veía Tom.
-Como, así me vas a dejar con estas ganas.
-Perdóname pero no pude hacerlo –se disculpó Tom mientras se vestía. La respuesta a todo lo que él siempre se había preguntado, lo que él más temía se estaba cumpliendo. Estaba enamorado, se resignó completamente y no quiso volver a intentarlo, esto había llegado demasiado lejos.
No era como con Ani como Lizzi, esto aunque lo odiase Tom, era el verdadero amor.
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