Cuarta Temporada

Para entender esta historia! deberas leer la Primera (living without limits 1) y segunda (living without limits 2) temporadas!!
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Cap 25

-¡Hoy es domingo! –gritó entusiasmada Mina alzando ambas manos. Casi le pareció a Tom como si se estuviera estirando como cuando alguien se levanta de la cama.
Tom le sonrió a Mina quien toda la energía que transmitía dentro de la camioneta de Tom era imposible de negar. Por supuesto que tampoco podía evitar ver las piernas de su amiga. Aquella solo tenía puesto un blusón demasiado pequeño que daban ganas de ver algo más…
Era la primera vez que Tom se sentía más que obligado a venir a una noche de fiesta más que por deseo. Odiaba tener que contarle ahora que su prioridad era Alex, a lo que ella se ofendió enseguida cuando supo que se tenía que olvidar de todas las noches en las que solían salir juntos. Era lógico que Tom se sintiera más que culpable. Ella era su única amiga y destrozarla de esa manera era lo menos que deseaba él. Así que accedió un poco resignado a pasar todos los domingos con su amiga Mina aunque hubiera preferido estar mil veces con Alex.
-Gracias –agradeció Mina felizmente- me hubiera dolido mucho que ya no saliéramos más.
-No se qué diablos haré –logró decir Tom forzando una sonrisa.
-Vamos Tom –insistió Mina- puedes bailar con la chica que quieras y yo no diré nada –bromeó soltando una carcajada.
Tom casi la mato con la mirada. Mina se encogió de hombros.
Aprovechó para subir a todo volumen a una música que solo la hacía bailar más.
No fue extraño ver a Mina encaminándose a la pista en cuanto entraron aquel lugar. No pudo negar que la música era demasiado tentadora para bailar un poco. Pero se resistió solo por ver el rostro de Alex en la chica en la que ya se aproximaba. Su conciencia jamás había actuado de esa manera y a veces le era algo molesto pero no tenía culpa por que al final de cuentas se trataba solamente de él.
Antes de sentarse apareció Mina sin dejar de bailar hacia Tom. Bailaba demasiado seductor para Tom y era a la única chica en la que no se reflejaba el rostro de Alex. “Qué más da” se resignó Tom. Comenzaron a bailar demasiado juntos sin que Tom pudiera a resistirse a las caderas de Mina. La tomó por la cintura y juntos comenzaron a moverse al son de la canción. Era lenta y Tom ardía en fuego por tener el trasero de Mina frente a él. Mina colocó su mano en el rostro de Tom pegándolo junto a su mejilla. La mano se colocó sobre su abdomen plano y formado y ella lo tomó de la misma forma.
-Quieres más –susurró Mina quien hablaba demasiado seductora. Tom no respondió pero él siguió bailando junto con ella. Lo tomó como un sí. Sonrió con ganas.
Mina abrió los ojos que durante la mayor parte de la noche los había mantenido cerrados. Sonrió para sus adentros y lanzó a Tom de forma brusca. Hacia uno de los sillones que les quedaba cerca. Él se sobresaltó un poco, se quedó perplejo mirándola. Estaba riendo aunque no fuera audible por la música que se encontraba a todo volumen.
-Eres un maldito, Tom deberías de resistirte a las mujeres –advirtió Mina con una sonrisa.
-Supongo –convino encogiéndose de hombros. Se avergonzó un poco mientras recorría su mente lo que había hecho con su amiga.
-Si yo quisiera, tendríamos sexo –carcajeó en lo alto y Tom bajó su mirada por lo incomodo que esto se estaba tornando. Mina volvió a reír con ganas y continuó- pero creo que lo nuestro es cosa del pasado –Tom sabía a lo que se estaba refiriendo. Su mente de repente creó imágenes de cómo la besaba y le metía su miembro en su….negó su cabeza antes de procesar más información. Aquello lo hizo molestar.
-No te pongas así Tom –tranquilizó Mina mientras encendía un cigarrillo- eres mi amigo y Alex ahora también forma parte de eso y no quiero arruinarlo.
Tom no respondió, era algo difícil de ver el que Alex ahora formara parte de una familia. Bueno, en realidad desde que Tom hizo oficial su relación por medio de su familia.
-Por cierto –inhaló profundamente su cigarrillo y entrecerró los ojos de forma muy precavida. Aquella mesita era demasiado pequeña pero aun así no podía susurrarle a su amigo para advertirle algo que se trataba sobre está. Descansó su codo con la mano que sostenía el cigarrillo sobre la mesa. Tom la miró- ese mismo día que me invitaste a la cena para conocer a Alex –volvió a reír- su hermana Sarah quiso que los separa ¿Puedes creerlo? –Volvió a inhalar su cigarrillo.- teme que la lastimes.
Tom no volvió a decir nada respecto a lo que Mina le acaba de decir. Pero estaba claro que eso lo había dejado al desconcertado. Él también tenía tanto miedo de lastimarla y perderla por cualquier estupidez. Ahí estaba el claro ejemplo que Mina había hecho con él. Lo sedujo, bailaron juntos e inclusive no se pudo contener las ganas de llegar más allá a pesar de que se trataba de su amiga.
Aunque no descartaba que la idea de separarlos, solo por el hecho de que haya miedo a que le sea infiel sea demasiado estúpido. Porqué si él supiera como terminarían las cosas entonces ya habría terminado con ella. La única verdad era que ninguno de los dos sabía bien lo que les depararía el futuro.
-Deberías de advertirle a Alex –comentó demasiado pasiva a pesar de que Tom se mostraba inquietado y se dejaba llevar por sus pensamientos. A Mina no le importó en lo absoluto- sonaba muy loca y me pareció absurdo.
-¿Y si de veras tiene razón? –preguntó Tom a lo que tanto temía. Era algo que no le gustaba hablar frente a varias personas y mucho menos a Alex. Mina se quedó perpleja.
-Es que no se trata de ver si tiene razón o no, se trata de que estés seguro de lo que quieres.
-No viste lo que acaba de pasar –reclamó Tom ahora un tanto molesto- casi me volviste loco y pude haber continuado yo de no haber sido por ti.
-Pero hay tantas chicas Tom ¿Porqué hacerlo conmigo? –sedujo Mina a Tom con la mirada demasiado tentadora.
-Porqué no puedo, parece que solo puedo bailar contigo y demás…
-Exacto –había acertado- soy yo la única que puedes tener control sobre mí porque sabes dentro de ti que entre nosotros no puede haber nada; en cambio –miró hacia en dirección de la pista donde estaban varias chicas bailando. Tenían buen cuerpo pero….el rostro de Alex apareció enseguida. Tom se apresuró a volver a mirar a su amiga quien no paraba de reír- con esas chicas no puedes acercarte porque no estás seguro de lo que pueda llegar a pasar.
Ahora lo entendía todo. Jamás creyó que su mente tuviera la capacidad de ayudarle en algo, sobre todo para serle fiel a la persona a quien ahora parecía amarla.
-Tú ya estás seguro de lo que quieres y de lo que tienes –Mina se acercó tanto a Tom que le fue imposible respirar el dulce aroma del cigarrillo. Deseó uno enseguida.
Cuando fumó aquel cigarrillo le produjo una sesión de solo paz. Ahora ya no albergaba ni las más duda remota de que estaba seguro de lo que quería. Él simplemente quería a Alex, Alex y Alex.
-Supongo que tendré que hacerme la idea –levantó sus cejas como si aquello le sorprendiera un poco.
-No tienes que hacerte la idea –rió Mina de forma divertida- es solo ver la realidad Tom.
-¿Tú piensas que no me cuestiono? –Tom recargó ambas manos sobre la mesa y se acercó a Mina lo más que pudo. Temió que no oyera lo que tanto le preocupaba- ¿Crees que no pienso que sí es lo correcto? ¿Qué todo valdrá la pena al no tener lo que más deseaba en la vida?
Mina se enmudeció. De pronto se sintió acorralada. Cada pregunta era un tono más alto de su voz. Parecía que estaba furioso.
Tom tuvo que volver a inhalar de su cigarrillo y tomar su posición normal; Sentarse recto y mirar hacia otro lado, pues a penas duras se había dado cuenta que ya tenían publico alrededor. Aun así, la gente pesimamente disimulaban pero Tom sabía que lo estaban escuchando.
-Esto es una completa mierda –se quejó e inhaló varias veces su cigarrillo. Ya estaba por terminarlo.
-¿Qué quieres que te diga? –preguntó ella segundos después de que Tom se calmara. Tom la miró confuso- ¿Quieres que te diga pobrecito?
-No –gritó enfurecido.
-¿Entonces, que mierda te pasa?
-Solo quiero saber las respuestas.
-Pues no habrá nadie que te dé esas respuestas, solo tú mismo. ¡Estúpido!
Jamás en toda su vida había visto tan enojada a Mina. Estaba de brazos cruzados mirando hacia la pista, quien él mismo sabía que ni siquiera prestaba atención a la gente de ahí. También bebía de su vaso repetidas veces, supuso que para calmar su enojo. Tom no pudo contener la risa.
A pesar de todas las preguntas que se había cuestionado en ese momento, le fue más importante la actitud de su amiga. Ella solo trataba de ayudarlo.
Ella también sonrió un poco.
-Lo siento –se disculpó Tom mientras inhalaba por última vez su cigarrillo y lo aplastara contra el cenicero. Volvió a reír. El simple hecho de recordarla enojada le parecía sumamente gracioso.
-Te urge tener sexo – concluyó Mina con ironía y poniendo los ojos en blanco.
-Quizás –sonrió Tom quien ahora no dejaba de mirarla.
Tom a penas se había dado cuenta de los guardaespaldas que los habían acompañado (como siempre y la mayoría de sus salidas) que estaban a su lado. Supuso que se asustaron al ver lo dramático que se estaba poniendo –como la mayoría de la gente que se situaba hacia alrededor- y pensaron en separarlo si ocurriese llegar algo más que una discusión. No fue así.
Tom volvió a sonreír y les hizo una seña con la mano de que todo estaba bien.
-Tengo miedo –confesó Tom después de que mucha gente se parara a bailar y continuaran la fiesta en paz- todo esto es nuevo para mí y a veces esto me asusta.
-¡No te vas a casar! –comento Mina con los ojos en blanco.
-Lo sé –admitió con mucho cuidado tratando de no alzar su voz- si tan solo se me aclararan esas preguntas, con algo que de veras este seguro de saber qué es lo que realmente deseo.
-¡Fácil! Simplemente deseas bailar conmigo en este momento y olvidarte de todos tus problemas por tan solo esta noche – le guiñó un ojo y antes de poder pensar bien en lo que su amiga le estaba pidiendo, ella había saltado de su asiento para llegar hacia él y sacarlo hacia la pista de baile.
Por supuesto que Tom no podía negarla, era lo menos que podía hacer por ella antes de que su vida fuera completamente diferente. ¿Estaría haciendo lo correcto?

*****

¡Medicinas! Exclamó Alex al levantarse de su cama a la mañana siguiente. Estaba un poco cansada como todos los días. Aunque sabía que ayer y hoy eran los días que más le gustaban. Pero hoy tenía que ir a recoger en busca de medicinas para su abuela o su perfecta “nana”. El único lugar donde podría recurría a ellas era llegar a ese hospital fastidioso. Ese hospital donde odiaba a todo ese tipo de gentes perturbadoras y que jamás la dejaban en paz. Era como si a ellos les afectara más su pasado que a ella misma. Por supuesto era demasiado agobiador tener que escuchar los mismos reclamos al llegar a ese hospital. “Los Martes” repitió en su cabeza sabiendo que era el único día donde ellos no se encontraban, sino gente diferente que la conocía de diferente forma.
Se talló los ojos en forma cansada. Aun permanecía acostada sobre su cama y sonrió para sí misma con el simple hecho de imaginar que podía estar más tiempo acostada “Sería estupendo” dijo divertida pero al mismo tiempo sus manos se estiraron por completo lo que la hizo levantarse de su cama.
Miró hacia alrededor en busca de sus pantuflas perfectas para ir directo al baño. Era lo genial de tener una habitación con baño, no tendría que salir de su cuarto para tener que lidiar con su hermana. Se estaba volviendo demasiado terca y estorbosa. Indudablemente su relación con Tom no iba a hacer nada fácil.
Lo que sí no podía entender era ¿Cómo es que aquello funcionara tan rápido? Y se refería a su enamoramiento con Tom. Era él quien la hacía sentir sensaciones diferentes. No pudo evitar que sí las tuvo alguna vez y que estaba a punto de…. Su mente fue demasiado lejos por lo que tuvo que mirar a su alrededor. No encontró sus pantuflas y caminó descalza hasta su baño.
Su mente en la mayoría del tiempo se volvió confusa y extraña y no dejaba de mirar en todo lo que su hermana había dicho aquella noche. Su mente fue demasiado lejos cuando imaginó lo peor de su hermana. Matar un hijo. ¡Qué horror! Y pensó que conocía tan bien a su hermana. Por supuesto que también recordó la noche en que Sarah tuvo que alejarse de su casa en cuanto le contó su historia y fue una oportunidad perfecta para saber qué era lo que esa noche había sostenido sobre sus manos. Y Ahí estaba aquel papel, donde decía exactamente de que estaba embarazada. Eso fue algo que jamás ella misma no había experimentado, incluso se le había formado un nudo en la garganta.
Luego otra visión más completa se formó en ese momento en su mente. Sus padres, quien claramente le había avisado a Sarah que muy pronto estarían de vuelta por unos días en la casa y que después se marcharían hacia Canadá “Otra conferencia de trabajo nos llama” exclamaba a diario su padre como si aquello pareciera chistoso. Alex, solo trataba de ignorarlo y no esperaba el día en que ya se largara completamente de lo que se solía pensar que era una “familia” Madre y Padre que solo se dedicaran al trabajo, hermana a divertirse y ser dependientes de sus padres y quedaba ella, quien solo se dedicaba a ayudar a los demás poder recibir amor del que nunca pudo recibir en sus padres. “Que dolor” pensó ella en vos alta sin temer a que su hermana la escuchara, aunque eran muy pocas las probabilidades de que el más mínimo crujido de galleta atravesaran esas paredes.
Alex ya manejada un poco más calmada y relajada cuando su mente se aclaraba un poco más. Aunque aún le quedaba lidiar por una cosa “Jess ” Odiosa.
Ya había llegado, incluso no le importó haberse estacionado de forma incorrecta. Le gustaba hacer enojar a Jess y sí ya estaba enfurecida con ella porqué no aprovechar la ocasión. No le impresionó que ella ya estuviera fuera del hospital para quejarse de la forma en la que se había estacionado. Alex solo sonrió y la evitó por completo. Sabía que no tardaría nada por lo que no le importó nada de lo que aquella mocosa dijera.
Subió escaleras arriba donde sabía a ciencia cierta donde se encontraban las medicinas que necesitaba y a quién podía acudir para el permiso.
Tuvo que pasar desapercibida ante los demás. Tuvo mucho cuidado al no tropezarse con la gente que más la reconocía pues la notaban con facilidad. Se deslizó con facilidad y no fue reconocida por nadie hasta que…se equivoco.
-Disculpe –sonó una voz de mujer. Alex entorno los ojos y cerró sus ojos brusquedad. La habían visto.
Ella se miró en busca de una persona que pudiera reconocerla y capas de saber lo que diría de ella. Pues se sabía lo que cada persona le decía al respecto de Alex. Pero entonces cuando se miró a ver aquella chica se dio cuenta de que era una completa desconocida. Alex suspiró aliviada.
-Perdón que la moleste –su voz fue tierna al igual de lo que aparentaba ser. Alex estuvo encantada- lo que pasa es que no pude evitar mirarla y se me hace reconocida. ¿Usted no es la que ha estado saliendo con Tom?
-¡Ah! –exclamó llena de alivio. Era solo eso. –Si –respondió orgullosa. Nada le parecía mejor que esto, pues prefería mil veces que la reconocieran como la chica de Tom que de ….otra forma distinta.
-Vaya –entornó los ojos ella. En verdad lucía impresionada- es usted muy bella, pues los felicitó.
-Gracias –agradeció felizmente. Pero ahora su mente solo deseaba encontrar las medicinas y que nadie la viera por estos hospitales.
-¿Vienes aquí seguido?
-No –respondió ahora insegura. De forma automática pensó en que fuera una reportera- ¿Acaso está investigando de mí para que después aparezca en una revista?
Ella soltó una carcajada.
-Por supuesto que no –negó con mucha ironía. Alex se sintió Tonta.
-Entonces que quiere…
-Nada –dijo con franqueza y entrecerró los ojos hacia Alex. –Simplemente quería felicitarte, no cualquiera seduce a Tom como tú lo has hecho.
-Gracias –volvió agradecer Alex. De pronto le pareció demasiado incomoda de cómo se estaba tornando esta plática- La verdad es que tengo un poco de prisa y ….
-Lo siento –se disculpó amablemente- no era mi intención hacerte daño, me dio un gusto hablar contigo y espero poder reencontrarnos algún día.
Su forma de hablar la pareció demasiado extraña como para que una chica como ella hablara de aquella forma.
-Si con mucho gusto ….
-Por favor llámame Ani –completó Ani con una sonrisa.
-Ani –dijo Alex demasiado insegura- es un placer. Hasta luego –se despidió esfumándose del lugar sin siquiera mirar hacia atrás para reencontrarse con su pequeña amiga nueva.

*****

¡Mierda! Se quejó Tom quien intentaba marcar al celular de Alex. Qué demonios le ocurría, volvía a quejarse Tom entre pensamientos. Se sintió traicionado automáticamente, pero así como ese pensamiento había llegado instantáneamente también pensó en las posibilidades. Quizás se encuentre muy ocupada, quizás estuviera manejando y no pudiera contestar. Ladeó la cabeza en un intento de comprender. Apretó sus labios optando por pensar que no pudiera contestar por estar manejando, ya que era lo más viable y creíble.
Tom no había podido comunicarse con ella desde hace varias horas. Se frustró.
Intentó recordar decir de Alex que visitaba a su nana y esa era toda la información que pudo obtener dentro de su cabeza. ¿Qué hago? Se preguntó al mismo tiempo que deseó tenerla cerca. Le parecía demasiado estúpido tener que pensar en ella la mayor parte del tiempo; Aun así era algo que no podía evitarlo y claro, ya lo había aceptado.
Suspiró lentamente mientras intentaba despejar su mente bajo el internet. Publicó un último video en su blog y de pronto ya no tuvo nada que hacer. Vio uno que otro video sin importancia y comenzó a navegar más allá.
Y ahí estaban las codiciosas fotos. Ella tan hermosa acompañado de él mismo. Dos reyes magníficos, expresó maravillado echándole otra ojeada a las fotos. Después de verla en las fotos tuvo que parpadear dos veces para que el rostro “mío-Neily” se desvaneciera y apareciera el de Alex.
“Neily” suspiró Tom. Enseguida recordó que se encontraba embarazada. Era una secreto demasiado arriesgado para podérselo ocultar a su hermano, era demasiado tentador también para decírselo pero tenía que contenerse por darle ese estúpido derecho a ella. Estaba seguro de que no se lo diría a menos que él mismo se encargara de hacerlo. ¿Qué es lo más que podría ocurrir? Se preguntó en voz alta. Lo más lógico era que Bill fuera de inmediato por ella y tener que reencontrarse para criar a la criatura juntos. ¡Genial! Exclamó Tom inquietado por su plan maravillado.
-¿Qué te parece tan genial? –preguntó Bill quien, a sorpresa de Tom, ya se encontraba situado detrás de él mirando fijamente la computadora. Él creía que se trataba de algo que había visto Tom en la computadora.
-No te parece que debo tener un poco de privacidad –refunfuñó Tom quien intentaba ocultar lo asustado que se encontraba.
-Te hice una pregunta –contestó Bill quien ahora mantenía fijamente la mirada en Tom- y no empieces con tus estupideces. Sé que me ocultas algo pero esta vez no puedo descifrar que es.
-Que te importa –respondió Tom fingiendo desinterés- déjame solo.
-No –negó Bill pegando un fuerte grito- he soñado varias veces con Neily y quiero saber porqué.
Otra vez. Había pronunciado ese nombre pero le sorprendió que no se le dificultara. “Neily”
-¿De veras tenemos que hablar de esto? –Preguntó alzando varias cejas- ¿Cuántas veces hemos hablado de eso?
-Tú sabes algo de Neily que yo no sé. ¿Qué es? Dímelo –exigió desesperado.
-No lo sé –ahora era Tom quien gritaba desesperado. No porqué su hermano lo estuviera enfadando sino porque temía que lo descubriera. Quería salir de ahí.
-Llámala –contestó finalmente para dar por terminado su conversación. Una excusa perfecta para salir a buscar a Alex y despejar su mente.
Era lógico que Bill se quedara perplejo ante aquella conclusión aunque tuviera la maldita razón.
Tom se largó sin dirigir palabra con él. Fue grosero de su parte pero al fin y al cabo lo había dejado en paz. Después de todo eran problemas de los dos y era algo que tenían que resolver pronto.
Se alegró volver a manejar su camioneta a toda velocidad. El aire recorrer por todo su rostro y la ciudad pasar como un borrón le maravilló tanto que no le importó nada.
Deseaba estar con Alex y solo había tres lugares donde podría estar ella. Había otra opción pero desconocía el lugar así que optó por ir al primer lugar; El hospital. Otra excusa perfecta para visitar a los niños que conoció con ese tonto juego “el rey dice” Tom soltó una carcajada recordando vagos momentos. Fue el primer día que iba junto a ella y solo ahí la odiaba de verdad.
De pronto el sol que se colocó sobre sus ojos le bastó para colocarse sus gafas oscuras; Solo así podría esconderlos bajo la luz terriblemente luminosa. Luego de que sus ojos estuvieran aun más pequeños por la noche anterior con Mina por desvelarse hasta tarde. Se lo merecía –dijo Tom en un intento de excusarse él mismo. Por supuesto que a los pocos segundos se sintió demasiado tonto por hablar a solas.
-¡Vaya! –Se entusiasmo al escuchar algo decente para sus oídos. Esa canción era algo perfecta para la ocasión y extrañaba ese sonido favorito- Hip Hop…
-T.I lo mejor que pudo haber y esa combinación con Keri Hilson es lo mejor que se les pudo haber ocurrido.
Era lógico que su cabeza se moviera al ritmo lento de la música. Hasta el momento ,una de sus favoritas. Tom sonrió de oreja a oreja.
Aunque en el pasado le parecieron un infierno tener que atravesar toda la carretera hasta llegar al hospital, el día de hoy todo le era demasiado diferente. Se dio cuenta de la que antes ignoraba, y por supuesto que ya no le parecía tedioso sabiendo lo que él sacrificio daría a cambio. “Mi Alex” volvió a sonreír.
Frente a sus ojos apareció el hospital que ahora le parecía mucho más bonito que la otra vez. Sonrió felizmente de haber llegado. Sentía aquel presentimiento de que ella estaría aquí.
Estacionó su camioneta en un lugar donde no lo vieran. Aunque sabía que de todos modos lo encontrarían. Entró por la puerta principal y pudo distinguir un camarógrafo que miraba interesado detrás de un árbol. “Que discreto” pensó Tom sin dejar de reír. Pero aun así eso no lo detuvo y le importo una mierda lo que dijeran o vieran después.
“Bingo” dijo Tom al mirar la carcacha de Alex estacionada de pésima forma del hospital. Era lógico porque ya no podían estacionarse más autos. Tom volvió a reír. “Le compraré un auto para que no ande con esas carcachas” murmuró Tom pata sí mismo. Al entrar por aquellas puertas nada le pareció familiar. Supuso que era porque había entrado por otro lado. Aun así nada justificaba a varias personas que se hallaban de un lado a otro trabajando. Podía jurar que habían más enfermeras, más doctores….¿Qué demonios ocurría aquí?
-Por fin –gritó una chica exaltada viniendo hacia él- te estaba esperando desde hace casi una semana.
Tom la miraba estupefacto. No la reconocía en lo absoluto. Era delgada, cabello rubio con algunas mechas un poco más obscuras. Ojos grandes y sus labios grandes y gruesos.
-¿Te conozco….
-No –negó felizmente jalando de su brazo para llevarlo más adentro del hospital- pero mi nombre es Jess- se detuvo para saludarlo con un apretón de manos. Él hizo lo mismo.
-Creí que no volverías a venir por aquí –Tom seguía sin entender ni una pizca y decidió dejarse llevar aprovechando la oportunidad de buscar con los ojos a Alex.
-De veras es un placer tenerte por aquí –continuó caminando junto con él alegremente- cuando te vi en las revistas aquí me dejaste con la boca abierta y pensé que jamás iba a tener la oportunidad de conocerte y mírate –ella le echó una ojeada con los ojos fascinada.
-Gracias –se sintió incomodo- pero ando buscando a Alex –buscó sencillamente su única excusa verdadera.
-¿Alex? –Se quedó helada -¿Por qué querrías a Alex?
-¿Ella está aquí? –no contestó a su pregunta y siguió buscando con su mirada
-No –negó aun con los ojos como platos- ella no trabaja aquí –lucía demasiado enojada pero pocos segundos su mirada cambio como si estuviera desafiándolo. Esa sonrisa de oreja a oreja le dio miedo a Tom –no desde que ella se volvió una zorra –contestó orgullosa- no admitimos a personas vulgares y…
Tom se molestó.
-Ella no es una zorra –le gritó enfurecido ignorando las miles de miradas hacia ellos. Le importó una mierda.
-Pregúntale a quien quieras –se excusó un poco más tímida y preocupada por las tantas miradas penetrantes que solo eran enfocadas hacia ellos.
Era lógico que Tom no le creyera, así que se largó directamente de ese lugar, no sin antes escuchar a Jess gritar “Alex es una perra” y Tom solo logró molestarse más pero no hizo nada al respecto.
Ahora Tom no caminaba, daba enormes saltos por todos los pasillos en busca de Alex. Se sentía más confundido; No conciliaba tener el pensamiento en que Alex fuera todo lo desconocido a lo que Tom conocía bien de Alex. ¿Habrá mentido? A él le encantaba saber las cosas de frente y no por mensajitos. Así que intentó tranquilizarse mientras iba en busca de ella. Se sentía demasiado tenso para tratarla pero era ahora o nunca. De ninguna manera quería estar con alguien llena de mentiras, Tom le había costado tanto trabajo dejar lo que tanto le obsesionaba para que a ella fácilmente le mintiera. “Eso no” contestó Tom a su propia conclusión.
No la pudo encontrar, pero pudo reconocer fácilmente a la misma señora que lo había dejado entrar al hospital.
-¿Has visto a Alex?-preguntó con la voz hecha añicos. Estaba totalmente destrozado y no iba a tolerar que le respondiera lo mismo que las demás personas con las que se había topado “Ella no traba aquí” eso lo devastaría.
-Si –contestó tímida. Tom se avergonzó por haberla hecho sentir de esa manera. Al menos se sentía aliviado de que por fin alguien le dijera dónde estaba.
-Donde –dijo impaciente.
Ella solo se limitó a apuntar con su dedo indicé a la dirección de un cuarto mientras se cubría con una hoja todo el rostro.
Tom solo siguió la dirección en busca de respuestas. Ahí estaba. Le daba la espalda. Su cabello estaba demasiado largo y ondulado. Su figura delgada relucía demasiado y le pareció perfecto a Tom.
Uno de sus pies estaba golpeando con desesperación el piso. Sus codos descansaban sobre el mostrador. Todo le pareció indicar que se vendían o se recogían medicinas en este lugar.
-Alex –pudo articular Tom lentamente intentado calmar todo su enojo.
Ella se giró rápidamente con los ojos de par en par. Se quedó inmóvil sin dejar de mirarlo.
-Que haces aquí –negó con su cabeza aun sin entender lo que ocurría.
-No ¿Tú qué haces aquí?
-Qué demonios te importa –refunfuñó enojada- no deberías de estar aquí….
-Me mentiste –logró decir entre dientes.
Ella puso los ojos en blanco y se giró hacia el chico que le entregaba las medicinas. “Muchas gracias” le dijo al chico mientras se retiraba del lugar. Tom la miró en busca de respuestas, pero ella solo pasó por su lado sin dirigirle una mirada.
-Te exijo que me digas la verdad –la sujetó fuertemente de su brazo por lo que ella se molestó
-¿Me exiges? –Soltó varias carcajadas- Tú no eres nadie.
-Soy tu novio.
-Eso no da derecho a lastimarme –sus ojos volaron directamente a su brazo donde Tom la apretaba con fuerza. Él la soltó. –No deberías de estar aquí-.
-Te estuve llamando –se excusó ahora un poco más tranquilo- ¿Porqué no me contestabas? ¿Y porqué todos dicen que no trabajas aquí?
-Baja la voz –dijo Alex tratando de calmarlo- no trabajo aquí…..
Pero fue demasiado tarde cuando Jess iba directo hacia ellos en ademan provocativo. Estaba demasiado feliz de encontrarnos y no pareció sorprenderle que Alex estuviera con él.
-Justo a ti te estaba buscando –dijo Jess felizmente- estaba Tom buscándote ¿No es así? –se dirigió hacia Tom quien este solo había dirigido la mirada a Alex. –Vamos Alex ¿Porqué no le dices que tú no trabajas aquí?
-No trabajo aquí –respondió tranquila Alex- Lo hago porque me gusta.
-Pero si nunca te hemos visto por aquí excepto el día de hoy.
-Que te importa –logró responder al fin. Eso le gustó a Tom.
-Dile que eres una zorra –le gritó a Alex quien mantenía baja la mirada.
-Cállate –le exigió Tom con una mirada desafiadora.
-Dile la verdad –lo ignoró en busca de la verdad.
Todo se volvió silencio cuando solo dos palabras salieron de los labios de Alex “Lo soy”
Todo el mundo, todo lo bello, toda la Alex que conocía o que supuso que conocía se estaba desvaneciendo como el aire. Como quien tira arena transparente por todos los cielos y estos simplemente volaran.
Estaba molesto, enojado y frustrado. Miró por última vez a la chica que había arruinado todo, Jess, sentía un odio indiferente, pero le dolía más la simple presencia que se situaba a su lado. Él se alejó precipitadamente dejando atrás los simples sollozos de la persona a quien alguna vez amó. ¿Cómo era posible que ella tuviera una doble vida? Haciéndola de buena en el día y de noche una chica…ni siquiera podía pensar eso de ella, le era demasiado imposible que cometiera tales locuras.
Sentía las ganas de llorar pero pudo soportarlo. La garganta le dolía como muchas otras veces pero podía arreglárselas cuando se trataba de cosas sentimentales. No le gustaba llorar, le parecía demasiado débil.
Cerró con fuerza la puerta de su camioneta al entrar. La encendió una vez, pero no eso pudo detener el simple sonido de una mano golpear su ventanilla.
-Ya te vas –dijo Alex con la misma actitud egoísta y furiosa de cómo la conoció.
Tom solo asintió con su cabeza sin dejar de mirar al frente. Estaba apretando con sus manos demasiado fuerte el volante y sus labios estaban siendo mordidos por sus dientes.
-Pues no –contestó finalmente con la actitud de siempre.
Tom por fin la miró. Estaba furiosa y con las manos cruzadas. Parecía más bien que ella deseaba una explicación. Tom bajó del auto golpeando fuertemente –de nuevo- la puerta de su camioneta.
-¿Porqué mentir?
Alex al principio solo lo miraba con recelo. Pero poco después se convirtió en dulzura y eso Tom lo odió; Ya que eran una de sus cosas preferidas que hacía Alex. Ella lo tomó de la mano intentando jugar con ella. Él las quitó enseguida.
-No te pensaba contar parte de mi vida de un día para otro –dijo tranquila con una sonrisa segura de sí misma- es algo que te quiero mostrar poco a poco. Tuve que decir que era una zorra para que se callara. Ellos solo saben recordar todo lo malo de una persona porqué no soportan ver como una persona puede cambiar.
Tom sabía de lo que hablaba. A la gente parecía costarle trabajo creer que él había cambiado.
-Pero es verdad…
-Todo a su tiempo –lo interrumpió poniendo un dedo sobre sus labios- es lógico que no quiero mentiras entre nosotros. Tampoco me gustaría enterarme de algo así como lo que te sucedió hoy.
-Entonces…
-Tranquilo –volvió a poner su dedo índice- quiero mostrarte mi vida completa. Solamente si tú me lo permites.
-Lo que sea.
-Entonces nos vemos esta tarde ¿De acuerdo?
Tom ahora asentía felizmente y más tranquilo. Solo un beso pequeño había dado un fruto donde ahora parecía surgir la verdad entre ellos.
Tom estaba decidido a dejarse llevar por el mundo en el que ella vivía. Pues estaba seguro de que cada paso que ella daba hacia Tom, esta sería la noticia en muchos países, una parte de vida en la que Alex ya se estaba acostumbrando y no parecía darle mucha importancia. Pero ahora más que nada le inquietaba saber lo que está tarde le mostraría Alex.
La sostuvo fuertemente con sus enormes brazos enrollándola por completo sin dejar de besarla.
-Te veré después –canturreó Tom de forma inquietante.
-Pasaré por ti –volvió a besarlo.
-Nos iremos en tu carcacha –se quejó Tom deteniendo su beso.
-Es parte de mi vida –sonrió y volvió a besarlo.
-No es justo –volvió a detenerse- ¿Porqué no nos vamos en mi camioneta?
-Porqué no quiero –lo besó una vez más.
-Pero yo sí –de detuvo de nuevo.
-Al diablo Tom –se quejó ella ahora y lo besó de nuevo sin dejar de sonreír- nos iremos en mi carcacha y punto- lo besó de nuevo- pasaré por ti- lo besó- adiós.
Tom solo sintió el deseo de volverla a tener entre sus brazos y alejarse de todo el lugar. Pero ella solo logró despedirse con un gesto con la mano divertida por la forma en la que había dejado a Tom. Deseandola.

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